viernes, 4 de febrero de 2011

fragmento 1

Alicia suspiró, aburrida.
-Creo que podían emplear mejor el tiempo-dijo-, y no perderlo en acertijos sin solución.
-Si conocieras al Tiempo como yo-dijo el Sombrerero-, no hablarías de emplearlo o perderlo. Él es muy suyo.
-No entiendo lo que quiere decir- dijo Alicia.
-Por supuesto que no!- dijo el Sombrerero, sacudiendo altivamente la cabeza-. Me atrevería a decir que ni siquiera le has dirigido la palabra!
-Tal vez no- repuso con prudencia Alicia-, pero en las clases de música me enseñaban a marcar el tiempo.
-Ah! Eso lo explica todo!- dijo el Sombrerero-. El Tiempo no soporta que lo marquen ni que lo clasifiquen. En cambio, si estuvieras con él en buenos tratos, haría casi todo lo que tú quisieras con el reloj. Por ejemplo, imagínate que fueran las ocho de la mañana, justo antes de empezar la clase: bastaría una simple insinuación tuya, y el reloj giraría en un santiamén! La una y media, hora de comer!